Hay que dar visibilidad  de a la existencia de mujeres diversas, con vivencias diferentes, y realidades sociales muy dispares. 
No podemos poner en duda que hemos avanzado, pero las mujeres lesbianas siguen sufriendo una doble discriminación, la primera por ser mujeres, y la segunda por su orientación sexual. Si a esto le sumamos cuestiones transversales como la raza, etnia, condición social, diversidades funcionales, podemos encontrarnos con todo un abanico de discriminaciones. Hay cuestiones que desde la heteronormatividad no se ponen de relieve, como la exclusión en la legislación de la violencia de género, así como al acceso gratuito a los sistemas de reproducción asistida de la Seguridad Social, gracias a los recortes económicos y lesbófobos del Partido Popular. No debemos olvidar tampoco las problemáticas generadas por la imposibilidad de acceder a licencias o permisos elaborados desde el patriarcado, por miedo a que salir del armario resulte en discriminación y/o acoso.