Birmania, donde los trabajadores pagan el precio de la IED


Equal times. -El 9 de octubre de 2014, los bienes de una fábrica de Hlaing Tharyar, la principal zona industrial de Rangún, Birmania, fueron tentativamente subastados, marcando el final de un conflicto laboral que ha dejado patente la naturaleza ambigua de la inversión extranjera surcoreana y el panorama industrial de Birmania.
24 de octubre de 2014

El edificio se había llamado en su día Master Sports Footwear Factory. Dirigido por Bang In-ho, un empresario surcoreano, la fábrica producía calzado de senderismo. Uno de sus clientes eraKolon Industries, un gigante surcoreano productor de textiles y prendas de vestir con unas ganancias del orden de los 1.310 millones USD.

El 26 de junio Bang cerró repentinamente la fábrica, y en julio abandonó supuestamente el país, dejando dinero a deber a más de 750 trabajadores.

Les debía los salarios de un mes, que sumaban aproximadamente 65 millones MMK (65.500 USD), más otros 130 millones MMK (131.000 USD) en concepto de indemnización por rescindir los contratos de trabajo sin previo aviso.

Por otra parte, Master Sports ha sido acusada de haber presionado a los trabajadores para que firmaran un acuerdo según el cual, para recibir el salario de junio, habrían de renunciar a la indemnización que les correspondía

Al parecer sólo 58 personas firmaron el acuerdo, mientras que la mayoría de los trabajadores salieron a la calle para protestar por la situación, manifestándose a las puertas de la fábrica y frente a la Embajada de Corea del Sur en Rangún.

El éxito de la subasta de los bienes muebles de la fábrica — que se calcula habría recaudado 280 millones MMK (282.000 USD) — significa que, con el dinero reunido, los trabajadores podrán recibir lo que se les debe.

Maung Maung, Secretario General de la Federation of Trade Unions Myanmar (FTUM) acogió con beneplácito la iniciativa: “Se debe 210 millones MMK (211.700 USD) a 757 trabajadores, así que esperamos que la suma recaudada permita cubrir los salarios pendientes”.

Pero lo que la saga de Master Sports demuestra más que nada es el hecho de que Birmania sigue careciendo de las garantías básicas para proteger los derechos laborales y que la inversión extranjera tiene un precio – que casi siempre terminan pagando los trabajadores.

 

Inversor dudoso + mano de obra barata = desastre garantizado

Desde su transición a una democracia parcial en 2011, Birmania ha experimentado un crecimiento extraordinario en términos de inversión extranjera directa (IED), en particular por parte de Corea del Sur.

A finales de noviembre de 2013, Corea del Sur representaba el 6,9% (3.040 millones USD) de la IED total de Birmania, por detrás de China, a la cabeza, (32,17%), de Tailandia (22,67%), de Hong Kong (14,64%) y del Reino Unido (6,93%).

Entre las multinacionales que operan en Birmania figuran Coca Cola, DuPont y Procter & Gamble, mientras que está previsto queColgate-Palmolive abra una fábrica en un futuro cercano.

Pero la industria textil ha sido uno de los mayores beneficiarios de la IED, y la Comisión Industrial de Birmania pronostica una espectacular inversión de 4.000 millones USD en el sector este año.

Bang fue uno de los muchos inversores extranjeros interesados en Birmania debido al bajo coste de la mano de obra del país.

Según Jeong Hae-un, que se identificó como el director encargado de las importaciones y exportaciones en Master Sports, Bang había fabricado anteriormente sus productos en Qingdao, China, pero “debido a los crecientes costes de funcionamiento y de la mano de obra, decidió cerrar la fábrica china. Entre los tres posibles candidatos [para el traslado de la producción], se escogió Birmania”.

Además de dirigir la fábrica en China, Bang era propietario de una empresa de prendas de vestir en Gyeonggi-do, Corea del Sur, denominada Masters Sports — con una “s” adicional — y, según los registros públicos, hasta el año pasado había estado vendiendo calzado deportivo fabricado en China a diferentes marcas del mercado nacional.

Después se encontró con grandes problemas financieros: según el registro del Korea Financial Telecommunications & Clearings Institute (KFTC), las cuentas de la firma fueron congeladas el 2 de octubre de 2013 —claro indicio de una quiebra inminente.

Bang no respondió a las repetidas llamadas que se realizaron a su teléfono móvil, ni a los mensajes enviados para concertar una entrevista con Equal Times.

Jeong, la persona que se había identificado como director de la fábrica de Birmania, dijo que las operaciones de China se trasladaron a Birmania en este momento delicado que atravesaba la empresa de Bang en Corea del Sur.

“Que yo sepa, la fábrica [de Hlaing Tharyar] se alquiló en diciembre de 2012, y recuerdo el primer día de funcionamiento normal — después de la importación e instalación de la correspondiente maquinaria y equipos en la fábrica y en la oficina, y la contratación de los trabajadores — el 23 de mayo de 2013”.

Entre el aumento de los costes de la mano de obra en China y la quiebra inminente en Corea del Sur, Bang puso en marcha la fábrica en Rangún.

Para ello contó con la ayuda de Jeong, un hombre afincado en Birmania desde 2004 y que tenía buenos contactos con la comunidad empresarial de Corea del Sur en Rangún, gracias a suhermana, una gran empresaria casada con un ciudadano birmano de ascendencia china.

Pero la nueva empresa se hundió, y Bang se marchó a Corea del Sur habiendo pagado únicamente al personal administrativo y a los directivos. Jeong sostiene que la fábrica tenía un problema de liquidez, y las repetidas protestas de los trabajadores por motivo de los salarios dieron a su vez lugar a una disminución en la calidad de la producción. Fue en ese momento cuando Kolon Industries empezó a reducir sus pedidos a la fábrica.

Kim Hee-jin, una portavoz de Kolon Industries FnC, el departamento de moda de la corporación, confirmó en parte el relato de Jeong.

Durante una entrevista telefónica, Kim dijo que los productos de Master Sports no cumplían con los requisitos de Kolon y que además tenían retrasos, lo que obligó a su empresa a efectuar otra ronda de comprobaciones de “control de calidad” en Corea del Sur antes de que se llevara a cabo la distribución de los productos.

Kim se negó a revelar cómo Master Sports había conseguido un contrato con Kolon, diciendo que eso era un “secreto comercial”.

 

El Gobierno “también es culpable”

Los trabajadores empezaron a manifestarse en julio, después de la desaparición de Bang, pero su indignación no sólo apuntaba a Master Sports sino también al Gobierno de Birmania. En un video publicado en YouTube por Mizzima, una firma mediática independiente, los trabajadores de Master Sports expresaron varias reivindicaciones durante la manifestación del 17 de julio de 2014: querían que el Gobierno demandara a Master Sports y que incluyera su nombre en una lista negra, pero insistieron igualmente en que los funcionarios públicos, que supuestamente habían aceptado sobornos por parte del operador surcoreano, también fueran castigados.

U Htay, un abogado representante de los trabajadores, declaró: “En Birmania estos problemas suceden porque no existen leyes nacionales y porque el Gobierno y los propietarios de la empresa intercambian sobornos”.

“Por eso una de las reivindicaciones de los trabajadores es que se condene a los funcionarios que han aceptado sobornos”.

La alegación de que se podría haber recurrido al soborno en el proceso de apertura de la fábrica Master Sports factory no ha podido corroborarse.

Pero en 2013, Transparency International clasificó a Birmania en el rango 157º de un total de 177 países en su Índice de Percepción de la Corrupción, y el perfil de países de la BBC sobre Birmania lo dejómucho más claro: “Los sectores industriales clave están controlados desde hace mucho tiempo por el ejército, y la corrupción está a la orden del día”.

El escándalo de Master Sports ha dañado especialmente la imagen del Gobierno apenas unas semanas después de haber firmado con Corea del Sur un acuerdo clave sobre la promoción y protección de las inversiones con la esperanza de atraer más dinero del extranjero. Se espera que, como resultado del pacto, firmado el 5 de junio de 2014, las relaciones económicas entre los dos países se estrechen todavía más.

Por su parte, la Embajada de Corea del Sur anunció la firma del acuerdo en su sitio web, diciendo que “se espera contribuya al progreso y a la expansión de nuestras corporaciones [surcoreanas] en Birmania”.

Para apaciguar la indignación popular, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social anunció el 19 de julio que iba a demandar a Master Sports por no haber “implementado plenamente las condiciones de seguridad social para sus trabajadores”, informaba The Democratic Voice of Burma, una organización mediática sin ánimo de lucro.

El Gobierno también acusó a dos funcionarios de la empresa — Jeong era uno de ellos — de vulnerar la legislación laboral.

Por otra parte, el Ministerio presentó repetidas solicitudes a la Embajada de Corea del Sur para que convocara a Bang In-ho, el fugitivo director ejecutivo de la fábrica, a comparecer en Birmania para responder a un interrogatorio – pero fue en vano.

Choi Won-hyung, un funcionario de la Embajada de Corea del Sur, explicó a Equal Times: “En lo referente a la cuestión de convocar a Bang In-ho, nosotros no podemos hacer nada. Para empezar, no se trata de un caso penal, y además no existen fundamentos jurídicos para nuestra implicación en el asunto”.

Choi añadió que la embajada había intentado no obstante contactar a Bang en su teléfono móvil surcoreano en varias ocasiones, pero que no “consiguió establecer contacto”.

La situación se agravó a mediados de septiembre, cuando los trabajadores y los funcionarios del Gobierno birmano que efectuaban una ronda de inspección en la fábrica se enzarzaron en una confrontación física que dejó un balance de nueve policías heridos y una alegación — desmentida por los trabajadores — de que U Win Shein, Director General de la Inspección de Fábricas y de Empleo, había sido brevemente secuestrado.

El 19 de septiembre, después de que se confirmara que los ex trabajadores no habían recibido los salarios ni la indemnización que se les debía por el despido repentino, el Ministerio anunció finalmente que la fábrica tenía la obligación legal de suministrar los fondos correspondientes.

Así que se organizó para el 9 de octubre una subasta de los bienes muebles. Una sola persona adquirió todo el lote a un precio lo suficientemente elevado para indemnizar a todos los trabajadores y zanjar el conflicto.

 

Prevención de abusos futuros

Puede que eso sean buenas noticias para los trabajadores de Master Sports, pero la realidad es que Birmania sigue sin esforzarse lo suficiente por investigar a los inversores extranjeros que expresan su interés en establecer operaciones en el país, y que su legislación laboral (que data de 2011) sigue sin proteger plenamente los derechos de los trabajadores.

Jinyoung Park, investigador y activista laboral surcoreano, escribióque cuando un empleador rescinde el contrato de un empleado, “la costumbre recomendada y practicada por las autoridades laborales es proporcionar un preaviso de un mes y el pago de una indemnización proporcional a los años de servicio prestados”.

El problema es que “no existe ningún reglamento jurídico sobre la terminación de un contrato ni sobre la indemnización por despido”.

El Presidente de EE.UU. Barack Obama, que en mayoprorrogó algunas de las sanciones económicas impuestas contra Birmaniadurante otro año más, debido a lo que él considera como un lento progreso de reforma, tiene previsto realizar una segunda visita al país el próximo mes de noviembre.

Se están haciendo esfuerzos, dirigidos por Estados Unidos, para mejorar las prácticas laborales de Birmania, aunque no está claro el impacto que tendrán en última instancia en la vida de los trabajadores.

Pero, sobre todo, puede que los principales proveedores de la IED en Birmania piensen de otra manera.

Para empezar, Corea del Sur no se ha mostrado demasiado interesada en frenar a las empresas del país que no actúan de acuerdo con las leyes o normas extranjeras.

Un funcionario de la oficina de la Korea Trade-Investment Promotion Agency (KOTRA) en Birmania, remitió todas las preguntas con relación a Master Sports a la Embajada de Corea del Sur, declarando: “Nosotros no hemos estado involucrados en la situación y en ningún momentos hemos apoyado a esa empresa”.

La Embajada de Corea del Sur se desentendió igualmente de toda responsabilidad para abordar la crisis.

La falta de recurso jurídico, la corrupción endémica y el represivo sistema político hacen que las circunstancias de los trabajadores de Birmania no puedan mejorarse a menos que se logren progresos significativos en la democratización del país en general.

Mikyung Choe, director ejecutivo de la Korean House for International Solidarity (KHIS) — una ONG que examina el comportamiento de corporaciones multinacionales — está de acuerdo: “Las empresas coreanas se instalan en países con un nivel sumamente bajo de democracia y se aprovechan por completo de la situación. Esto exige un debate con carácter prioritario sobre la democratización de Birmania a fin de que los ciudadanos puedan desarrollar su propia postura y luchar contra los abusos”.

 

Raphael Rashid y Nay Tun Naing contribuyeron desde Seúl a la elaboración de este informe.

Este artículo ha sido traducido del inglés.


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