Los resultados bancarios y el coste de la catarsis


Expansión. - Vuelve la temporada de presentación de resultados bancarios trimestrales, en los que se va viendo la recuperación de los mismos, y coincide con la venta de Catalunya Banc en lo que se ha decidido definir como el final de la reestructuración bancaria.
29 de julio de 2014

Tres han sido las entidades que han mostrado la evolución de sus cuentas en el primer semestre del ejercicio. CaixaBank, Sabadell y Bankinter registran una buena evolución de sus márgenes de intereses, debido sobre todo al abaratamiento del coste del pasivo pero también al aumento de la rentabilidad de los nuevos créditos que de forma creciente van dando, y a un incremento de los ingresos por comisiones, debido sobre todo al trasvase de recursos de terceros desde depósitos hacia fondos de inversión y otros productos fuera de balance.

El descenso de la morosidad, que en alguno de estos casos es especialmente significativa, a pesar de que el volumen de inversión crediticia sigue disminuyendo, es otro signo de relativa fortaleza de las cuentas que debería ir consolidándose a medida que vaya cogiendo fuerza la actividad económica y aumente el volumen de crédito. Ahora se demuestra la afirmación hecha por los responsables de los bancos de que lo que les interesa es prestar porque de otra forma no ganan dinero.

Los otros grandes bancos, Santander, BBVA, Bankia y Popular, presentarán resultados en esta semana previa a las vacaciones de agosto y todo indica que seguirán la misma estela que los que ya lo han hecho: experimentarán una mejoría de sus márgenes, pero alguno tendrá un menor resultado final por la ausencia de extraordinarios en comparación con el año anterior y habrá quien siga generando muchos resultados por operaciones financieras y quien hará dotaciones más altas para tratar de cubrirse ante posibles sorpresas futuras. Pero en general se verá una mejora en las cifras fundamentales de las entidades.

Mientras se han empezado a conocer los resultados semestrales, el Frob adjudicó Catalunya Banc a BBVA, la única entidad que parece que presentó una oferta que traslucía un interés real por hacerse con la franquicia de la entidad radicada en Cataluña. CaixaBank no ofrecía cantidad alguna y Santander, que no ha querido participar en la reestructuración bancaria, hacía una que era casi imposible que no fuera superada.

La decisión de BBVA de pujar fuerte por Catalunya Banc, además de tener una explicación en consolidar su segunda posición en aquella economía, puede tener mucho que ver con el hecho de que su balance está bastante desequilibrado por zonas monetarias. El área euro pesa muy poco dentro de BBVA, que depende en exceso de cómo le vaya en los países emergentes (México, Perú, Venezuela y Turquía principalmente). La búsqueda de un reequilibrio, aunque sea en España, parecía una necesidad imperiosa y por eso pujó también por NovaCaixa Galicia.

La venta de Catalunya Banc ha sido aprovechada por las autoridades para tratar de convencer de que se ha acabado la reestructuración financiera y que, además, se ha hecho poco menos que de manera inmejorable. Y eso que aún queda por colocar el 60% de Bankia, que no va a resultar fácil si se quiere recuperar todo lo invertido, dados los precios a los que cotiza.

A los cálculos efectuados sobre el coste real para el contribuyente que ha supuesto la resolución de Catalunya Banc, por encima de los 12.000 millones de euros, se ha tratado de oponer por una parte el coste alternativo a haber liquidado la entidad (que era mayor y por eso se optó por la vía de la venta), y por otra una cuantificación hipotética del ahorro en el coste de la deuda pública al calcular cuánto habría costado financiar al Tesoro si la prima de riesgo hubiera permanecido en los picos más elevados de los peores momentos.

Si la primera alternativa, el coste de liquidación, tiene sentido porque, con todas las matizaciones que se quiera, se está hablando de lo mismo y por lo tanto se trata de optar por una o por otra, la segunda no es más que una pura especulación (si la prima de riesgo hubiera permanecido en esos niveles el Tesoro no habría podido financiarse y por lo tanto habrían ocurrido otras cosas entre las que el futuro de Catalunya Banc no habría sido la más importante) que lo que trata es de ocultar la verdad.

El Gobierno, a través de su presidente Mariano Rajoy, pero también de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y sobre todo del ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo en numerosas ocasiones que la crisis bancaria no iba a costar un euro a los contribuyentes a pesar de los elevados recursos públicos que se estaban poniendo a disposición del sector financiero y de la escasa recuperación que se obtenía cuando las entidades eran vendidas.

Luego matizaron esas afirmaciones señalando que de lo que se trataba era de recuperar la mayor cantidad posible de esos fondos y ahora, cuando ya se ha visto que las pérdidas reales suman varias decenas de miles de millones de euros y que las recuperaciones no van a impedir pérdidas muy elevadas, se quiere desviar la atención hablando de otras hipotéticas ventajas en otros terrenos. Con lo fácil que hubiera sido, aunque tuviera un cierto coste político, haber dicho desde el principio que el salvamento del sector financiero costaba mucho dinero.


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