Zara obliga a cerrar una planta en Bangladesh por las condiciones laborales

Inditex ha ordenado el cierre de una fábrica en Bangladesh, que pertenece a uno de los proveedores de Zara, después de que trabajadores de la planta denunciaran a la BBC las malas condiciones laborales en las que se encontraban.
25 de junio de 2008

Además, el grupo ha ordenado al proveedor que construya una nueva factoría que cumpla los mínimos exigidos por el grupo y que reubique a la plantilla.

Las condiciones de trabajo de los países en vías de desarrollo vuelven a generar polémica a una multinacional. La compañía gallega Inditex ha instado al cierre de una planta de uno de sus proveedores en Bangladesh, después de que se hiciesen públicas las condiciones a las que estaban sometidos sus empleados.

La planta en cuestión no fabrica productos para la textil gallega, aunque forma parte de un grupo que sí lo hace, según apuntan desde Inditex. Sin embargo, la propietaria de Zara reconoce que las condiciones de seguridad e higiene de la planta 'eran inadmisibles', por lo que instaron a su propietaria al cierre de las instalaciones y a la construcción de una nueva factoría que sí cumpla con los requisitos exigidos por el grupo español y garantice también los derechos y las libertades sindicales de los trabajadores. Además, recalcan que la planta donde Inditex importa sus productos sí cumple el código de conducta de la empresa gallega.

Una investigación llevada a cabo por la BBC en la fábrica en la capital bengalí, Dhaka, sacó a la luz condiciones laborales 'muy pobres', según la cadena británica. Una trabajadora de la fábrica le dijo a la emisora pública que 'la condición general de la fábrica no es buena; hay abusos verbales y también abuso físico'. 'Si cometemos un mínimo error, nos golpean o nos lo deducen de nuestros salarios', añadió. Otra empleada aseguró que no podían dejar la empresa porque les debían sueldos atrasados, según recoge la BBC. 'Si me voy sin permiso no me van a pagar los sueldos atrasados. Ése es el problema. No es fácil dejar la fábrica', agregó.

Ambas trabajadoras afirmaron que habían trabajado en prendas para Zara. Sin embargo, el director de responsabilidad social de Inditex, Javier Chercoles, aseguró a la BBC que Zara no estaba al tanto de que se hubiese comprado prendas de esa fábrica en los últimos cinco años. Tras una visita de los responsables de Inditex a la planta denunciada, el grupo español descubrió que 'estaba lleno de marcas internacionales, pero no de Inditex'.

Se trata de una fábrica asociada a otra que sí fabrica prendas para Zara en la que -según Inditex- las condiciones son mucho mejores. De ahí que, según el grupo, es posible que se haya transferido parte de la producción de una a la otra sin la autorización ni el conocimiento de Inditex.
Preocupación social y reputación

El sector textil ha reiterado en numerosas ocasiones la necesidad de implantar medidas para velar por una condiciones de trabajo dignas en todas las cadenas de producción, incluyendo filiales, subcontratistas y proveedores, que en muchas ocasiones se ubican en países en vías de desarrollo. Las empresas son conscientes de la necesidad de aplicar códigos de responsabilidad y, además, no se les escapa que está en juego gran parte de su reputación entre los consumidores. Grupos españoles de moda punteros, como Inditex, Cortefiel y Mango, llevan a cabo cerca de 200 auditorías al año para verificar que se cumplen esas condiciones. Las tres forman parte de la alianza Ethical Trading Initiative (ETI), que busca fomentar códigos de prácticas laborales.

Como resultado de las investigaciones, Inditex prescindió en 2006 de 302 proveedores por malas prácticas, relacionadas con el trabajo infantil, la explotación laboral y el incumplimiento del salario mínimo.

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