Ocho millones de pensionistas, y creciendo... ¿habrá para todos?


Según las últimas cifras de la Seguridad Social, la pensión media en España alcanza los 610,77 euros, lo que supone un 6% más que hace un año y uno de los mayores crecimientos de la última década.
23 de agosto de 2005

La luz roja ha vuelto a saltar en el incierto panorama de las
pensiones. Los principales gobiernos de los países industrializados son
conscientes de que, si no se aplican nuevas medidas, dentro de 40 años
el sistema de la Seguridad Social se pinchará.




De
hecho, el caso español puede entrar en pérdidas a partir de 2011, según
un reciente informe del Instituto de Estudios Fiscales; cuatro años más
tarde, según el Gobierno. Pero no hay que mirar tan lejos. Basta mirar
el próximo lustro ¿Podrán las finanzas públicas sostener el creciente
coste de las pensiones?


Según los últimos datos de la propia
Seguridad Social [ver gráfico], la pensión media del sistema
contributivo en España alcanzó en junio de este año los 610,77 euros al
mes. El coste total, si se tiene en cuenta que en nuestro país hay
cerca de ocho millones de pensionistas, es de 4.840 millones de euros
al mes. Una cifra un 6% superior a la de un año antes que refleja un
incremento espectacular que viene dándose desde 2003, y que no se veía
desde hacía una década.




Por grupos, la pensión media de
jubilación se situó al cierre de junio en 688,06 euros, lo que supone
un 6,1% más que hace un año y la cifra más alta de las pensiones que se
pagan, sólo superada por la de incapacidad permanente, con 701,79 euros
al mes ¿Qué esta pasando?


En 1995, recién aterrizado al Gobierno de
José María Aznar, se efectuó la primera –y única hasta el momento–
reforma de las pensiones, con el acuerdo de todos los agentes sociales,
un acuerdo histórico: el Pacto de Toledo.




El principal problema
ahora es que los costes de las pensiones medias se están disparando de
nuevo y lo seguirán haciendo, más si se tiene en cuenta que las
personas que se están jubilando en este momento son los niños de la
Guerra Civil española, época en la que el número de habitantes se
redujo por motivos obvios.




Más jubilados

En
los próximos años, por tanto, habrá que sumar el incremento
poblacional, el aumento de la esperanza de vida –que en la actualidad
se coloca en los 75 años según el INE–, y por extensión una población
más envejecida, que, de momento, no parece compensarse con el aumento
de los nacimientos, ni con la mano de obra procedente de la inmigración.




Pero
por si eso fuera poco, según la proyecciones demográficas más recientes
del Instituto Nacional de Estadística, las tasa de dependencia de la
población española llegará en el 2050 al 56% desde el 25% actual. Es
decir, por mucho que aumente el esfuerzo de cotización no será
suficiente para cubrir los costes que se producirán.




En
definitiva, un cóctel explosivo que hará que en una década la Seguridad
Social entre en pérdidas con un déficit de 13.868 millones de euros
(ver EXPANSIÓN del 30 de junio). Los ingresos se situarán un 9,7% por
debajo de lo que se gastará en total.




Pero el problema no es
sólo español. Según un reciente informe de la agencia de calificación
de riesgos Standard&Poor´s, el incremento del gasto relacionado con
la vejez tendrá un impacto brutal en los presupuestos públicos si los
Estados no actúan.




Sin ir más lejos, en Alemania, Francia y
Estados Unidos, la deuda pública subirá del 65% del PIB actual a más
del 200% en 2050. En Reino Unido pasará del 40 al 150%.




¿Qué
soluciones hay? Hay varias recetas que se pueden aplicar: recortar los
déficit presupuestarios actuales –algo que parece harto improbable
dados los últimos datos conocidos hace escasos días–; potenciar el
ahorro privado de jubilación; ampliar el cálculo de la pensión a toda
la vida laboral (y no contabilizar sólo los últimos 15 años tal y como
se recoge en la actualidad), o aplazar la edad de jubilación.




Trabajar más... y mejor

Una
de las principales recetas de los institutos económicos y organismos
internacionales para solventar el futuro de las pensiones es aumentar
la vida laboral. Aunque a la mayoría de los trabajadores les pueda
resultar una verdadera pesadilla, lo cierto es que el criterio de
jubilarse a los 65 se impuso hace ahora cien años y entonces las
personas tenían una esperanza de vida menor.




La Fundación de
Estudios Económicos recomienda en su último informe que se amplíe la
vida laboral hasta los 70 años, una edad más acorde con lo que ha
aumentado la esperanza de vida. Pero, ¿será suficiente para costear las
futuras pensiones? Hay un factor que no se puede dejar a un lado y es
que además de trabajar más años es importante que los que cotizan sigan
haciéndolo en la misma medida o más.




Los últimos datos
presentados por el ministerio de Trabajo ponen de manifiesto que el
número medio de afiliados a la Seguridad Social ha aumentado en 231.716
cotizantes en junio, de los cuales 115.022 corresponden al proceso de
normalización de inmigrantes.




La pregunta es: ¿Sustituyen estas
nuevas altas a las jubilaciones que se producen tanto en cantidad como
en calidad? El tiempo lo dirá.




http://www.expansion.com


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