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vie 21 jul 2017 07:46:49 UTC

Escriben Carlos Aristu y Eduardo Saborido

Morir en el trabajo

Metiendo Bulla. - La noche del pasado jueves en el término municipal de Morón de la Frontera fallecía un trabajador de 54 años mientras participaba de las labores de asfaltado de la carretera A-406 junto a otros compañeros.Rafael Luque trabajaba para una empresa del sector, MAYGAR, habitual contratista de diferentes administraciones para obras públicas, infraestructuras y mantenimiento de carreteras. Su muerte se produjo en torno a las 21 horas, en un área geográfica cuyas temperaturas superaron ese día los  43º bajo el sol.

Se le doblaron las piernas primero, después comenzó a decir frases inconexas,  los compañeros se asustaron, llamaron a urgencias y murió en la ambulancia.   La Consejería de Salud confirmó tras practicarse la autopsia, que la muerte se produjo a causa de un golpe de calor.

El convenio colectivo provincial del sector de la construcción y obras públicas de Sevilla establece una jornada intensiva, cuya concreción se decide junto al calendario anual por acuerdo de la comisión paritaria. En este caso, el pasado 20 de diciembre se acordó una duración de 44 días hábiles –entre el 3 de julio y el 1 de septiembre- siendo la jornada de trabajo de 7 horas efectivas de lunes a viernes, con un horario desde las 07:30 hasta las 14:30, incluyéndose los quince minutos de bocadillo.

Comisiones Obreras, como viene siendo habitual desde hace años, realizó una campaña pública de difusión de la jornada intensiva con carácter previo a su arranque, con rueda de prensa de notable seguimiento por los medios locales y difusión presencial de la misma en los tajos y a través de redes sociales. De igual forma, se organizaron en el mes de junio dos seminarios formativos sobre estrés térmico, en los que participaron representantes sindicales y delegados de prevención de unas 80 empresas de sectores especialmente afectados por esta problemática por su trabajo en el exterior (construcción, jardinería, postal, hostelería, ocio educativo, recogida de residuos y limpieza viaria, seguridad, etc). En una provincia como Sevilla, con altas temperaturas varios meses al año y durante una amplia franja horaria, es prioritario afrontar esta cuestión desde el sindicato.

El sindicato ha estimado en un 80% el porcentaje de empleo destruido en el sector de la construcción sevillano durante la época de crisis. Apenas resistieron algunas grandes empresas –con notable reducción de plantillas- y cierta economía irregular. En este contexto, el sindicato sobrevivió allí donde ha habido actividad, lo que supuso una reducción considerable de representantes sindicales y afiliación en el sindicato de esta rama.  Así,  apenas se comienza a percibir cierto incremento de la actividad en sectores como el de mantenimiento de carreteras o la rehabilitación de edificios públicos, la actividad es muy estacional y ajustada a trabajos de escasa duración, lo que dificulta la búsqueda de referentes  en el tajo y la consiguiente candidatura electoral. En cualquier caso, la empresa dónde trabajaba Rafael Luque fue siempre conocida por su carácter antisindical y las dificultades y trabas impuestas es histórica.

Cuando el sindicato recibe la llamada que anunciaba la muerte de Rafael Luquese personó en el lugar para hablar con los compañeros e informarse en detalle de lo ocurrido. Así, se pudo lanzar un comunicado a  los medios de comunicación donde ya se denunciaba que la muerte se produjo fuera de horario y tras un alargamiento de la jornada desmedida y bajo circunstancias térmicas inasumibles para el asfaltado –con vertido de materiales -que alcanzan los 170º de temperatura-.

El relato de los hechos de cómo se produjo el fallecimiento de Rafael fue lo suficientemente descriptivo como para confirmar que se trató de un golpe de calor, fuera de jornada  y tras varias jornadas ampliadas de manera continuada durante varios de los días más calurosos del año..

Tras el primer día de notable repercusión mediática, el sindicato ha impulsado varias acciones: ha iniciado los trámites para personarse como acusación popular ante el Juzgado nº 1 de Morón del Frontera –como hace con cada accidente laboral de resultado mortal-, de cara a proseguir por la vía penal la defensa de la salud de los trabajadores y exigir la virtual imputación del tipo penal correspondiente. De igual forma, ha seguido recibiendo denuncias telefónicas de trabajadores que alertaban de situaciones parecidas en sus tajos y de la negativa de sus empresas a respetar la jornada intensiva, lo que aa movilizado a varios piquetes informativos del sector que se han venido desplegando por la provincia para resolver estas situaciones in situ. Por último, el sindicato ha exigido la convocatoria urgente por parte de la Autoridad Laboral de una reunión con participación de sindicatos, todos los dispositivos públicos competentes y la patronal sectorial, que padece de mutismo desde el día del accidente y sin remedio aparente a corto plazo

De los hechos acaecidos, se desprende que el calor en aquel tajo debíó ser infernal pues si a los 45 grados del sol irradiando desde arriba, se le suma los 170 irradiando desde abajo, ¿a que temperatura real estaba trabajando Rafael Luque ...? Que calculen los expertos.

Sí, es urgente, como dice CCOO que se reunan, la autoridad laboral, los sindicatos y  la patronal ( que por cierto hasta ahora ha hecho mutis por el foro, incluida la propia empresa infractora), y que la primera medida que se tome sea parar y controlar e ilegalizar estas prácticas criminales. El paro masivo, los bajos salarios y los contratos precarios, no pueden terminar en la muerte del trabajador.

 A última hora de ayer, la Junta ha comunicado a CCOO, la apertura de un dispositivo especial de la Inspección de Trabajo que actuará de forma urgente ante cualquier denuncia por nuestra parte. Esperemos que la escasez de medios que hace que una denuncia  al uso tarde 6 meses en ser atendida, por ese organismo, se solucione de una vez. Pensamos que la agilidad y meticulosidad conque CC.OO. está actuando, en este asunto, dará sus frutos y el fallecimiento laboral de Rafael Luque no sea en vano. Con todo, tras lo sucedido cobra mayor importancia la preocupación por las condiciones de trabajo y su control. Esta es una tarea –o debería ser--  de la mayor importancia.


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