Uno por uno, no sobrevivirá ninguno


Rel-UITA.- Grecia ya comenzó a devolver a Turquía a migrantes que han desembarcado en sus costas buscando refugio, en función de un pacto entre Ankara y la Unión Europea criticado por Naciones Unidas como violatorio de los derechos humanos. Y en la frontera con Siria, Turquía dispara con total impunidad a hombres, mujeres y niños desesperados que intentan cruzarla. Apenas unos días después que en Bruselas la Unión Europea decidiera tercerizar sus fronteras hacia Turquía, otros inmigrantes se ahogaron en las aguas del Mediterráneo intentando llegar a Grecia.

El acuerdo entre la UE y Ankara, que se selló el viernes 18, supone que toda persona que arribe “ilegalmente” por mar a Grecia será devuelta hacia su lugar de proveniencia, Turquía.

Por cada deportado que arribe a los atiborrados campos turcos, la UE aceptará a un sirio de los cientos de miles que viven hacinados en Turquía, según el principio de “uno por uno”. 

En cambio, si los pobres tipos, las pobres tipas o los pobres niños que logran sobrevivir a los conflictos, al hambre y al mar son libios, sudaneses, eritreos, iraquíes o de otro país de la zona que no sea Siria se los considerará inmigrantes, y no candidatos al refugio. Lo más probable es que permanezcan en los campos turcos y nunca puedan pisar Europa.

El trueque tiene otras patas. Algunas explicitadas. Ankara recibirá unos 3.000 millones de euros, en principio para la gestión de los campos, que se sumarán a otros 3.000 millones que la UE ya le entregó en noviembre pasado. Y además, su solicitud de ingreso a la Unión será examinada con mayor celeridad que la habitual para estos casos. 

La otra pata es implícita: la UE hará la vista gorda, más aún de lo que ya lo hace hoy, sobre la situación de los derechos humanos en Turquía

Si los europeos se atuvieran a sus propias leyes, Turquía nunca podría ser considerada una nación “segura”, condición sine qua non para poder recibir refugiados en su territorio: tiene un “conflicto abierto” interno - con los kurdos, a los que reprime en su país y bombardea enSiria- y su gobierno practica la censura y acosa un día sí y otro también a cualquier disidencia.

La UE dijo que las deportaciones se harían en acuerdo y coordinación con el Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR). 

El martes 22, el ACNUR negó que vaya a participar en ninguna operación de este tipo, estimando que son violatorias de las convenciones internacionales suscritas por los 28 países europeos.

El experimento marroquíUn espejo para TurquíaA los europeos el prontuario turco les es, cuando menos, indiferente.

Socio clave de la OTANTurquía será para la UE un nuevo Marruecos, un país tercero hacia el cual poder trasladar la responsabilidad de la gestión de los cientos de miles de personas que golpean las puertas de la Unión desplazadas por hambrunas y guerras en cuyo origen tienen su parte varias de las principales potencias europeas.

Marruecos tampoco podría haber sido considerado un “país seguro”, sin “conflicto abierto” interno: lo tiene, y cómo, con los saharauis, y por ello mantiene un enfrentamiento permanente hasta con las propias Naciones Unidas, que lo acusa de hecho de practicar con la escasa población del inmenso desierto una política neocolonialista. 

Pero para la UE, Rabat ha sido un caso “exitoso” de gestión de flujos migratorios hacia sus fronteras: las dobles o triples vallas metálicas y alambradas que ha levantado a las puertas de España le han permitido frenar la llegada de migrantes al viejo continente.

“El cristal con el que los 28 socios miran hoy a Turquía está hecho en Rabat, envuelto en Madrid, y lleva el sello de calidad de la tan publicitada colaboración en materia de inmigración entre Marruecos y España”, dice una nota publicada en el diario digital español Público.

Madrid y Bruselas ofrecen a Rabat “beneficios y apoyo político a cambio de que Marruecosevite, por todos los medios, que los inmigrantes crucen las fronteras de Ceuta, Melilla y el Estrecho”. 

“Por todos los medios significa, para los inmigrantes y posibles candidatos a refugiados, una vulneración sistemática de sus derechos, según han denunciado organizaciones comoAmnistía InternacionalHuman Rights WatchProdeinCaminando FronterasGADEMo la Asociación Marroquí de Derechos Humanos”, señala la publicación.
Cierran algunas rutas……se abren otrasLas periferias de los enclaves españoles cercanos a Marruecos, e incluso barrios de ciudades mediterráneas marroquíes como Tánger, han sido “limpiadas” de inmigrantes “ilegales”, quemados sus campamentos, gaseados y apaleados sus habitantes, al costo de decenas de heridos e incluso de muertos. 

La Guardia Civil española ha hecho lo suyo. A fines de 2014, 15 inmigrantes murieron después de ser repelidos con balas de goma cuando intentaban llegar por mar a Ceuta tras haber bordeado la valla metálica en la frontera marroquí.

“El resultado es que desde la Navidad pasada no se registra un intento de entrada significativo en Ceuta”, dice Público

“Los saltos en la valla de Melilla, antes numerosos, se han convertido en tímidas intentonas esporádicas que protagonizan unas pocas decenas de recién llegados, los que todavía no llevan la marca de muchas cicatrices de punta de bota y golpe de bastón”. 

En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla, que llegó a albergar a más de 1.500 personas, no duermen ya más de 500, constata el diario

Las fronteras de los Balcanes han sido también clausuradas a cal y canto por las guardias fronterizas militarizadas de los ex países socialistas del este, que gasean, apalean y les roban alimentos y bienes a los migrantes sin que la UE eleve protesta alguna. 

Cerca de 15.000 personas están por ejemplo entrampadas en la zona limítrofe entre GreciaMacedonia. Su situación humanitaria es crítica. No tienen asistencia y se las reprime continuamente. Pasa también en Hungría y en otros países.

Pero el cierre de una ruta no significa que quienes escapen de guerras y miseria desistan; buscan otras, por lo general más peligrosas.

Aquellos que han intentado llegar a Europa en pateras o barcazas de mala muerte no lo hicieron porque prefirieran esa vía sino porque las incruentas, a través de los consulados europeos en sus respectivos países, les estaban vedadas.

“Murieron por la crueldad, la ilegalidad y sobre todo por las políticas de la Unión Europea”, afirmó el eurodiputado Miguel Urban, del partido español Podemos.
ONG se oponen a los abusosCon nosotros noA comienzos de marzo, el arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, difundió una carta abierta para describir la situación de los inmigrantes en Marruecos:

“¿Qué dirían ustedes de una sociedad que persiguiese a hombres, mujeres y niños vulnerables e indefensos, a los que leyes inicuas han hecho ilegales, irregulares, clandestinos, los acosase como si fuesen alimañas, los persiguiera como si fuesen criminales, los golpease como no se permitiría hacer con los animales, y los cercase para rendirlos por hambre?”, decía el religioso.

Pocas organizaciones humanitarias pueden trabajar en Marruecos. A Amnistía Internacional o Human Rights Watch, que han denunciado torturas y malos tratos reiterados a los inmigrantes, las autoridades marroquíes les impiden actuar operar hace meses.

También el clima reinante en los centros de detención de las islas griegas es “espantoso”, según AI

Poco después de conocido el acuerdo con Turquía, Médicos Sin Fronteras (MSF) y Save the Children abandonaron sus operaciones en la isla de Lesbos. Otras ONG siguieron luego el mismo camino.

“Estos centros van en contra la legalidad internacional. La gente permanece detenida sin motivo, incluidos centenares de niños, muchos de ellos no acompañados, lo que constituye una violación de los tratados internacionales. Nadie protesta porque nadie controla”, dijo un representante de MSF el viernes 25.

Andrés Conde, director de Save The Children en España, manifestó por su lado que su grupo “no quiere ser partícipe de un sistema que incluye detenciones ilegales e injustificadas a las que se enfrentan los niños y familias que llegan a Grecia".

“La Comisión Europea ha declarado que los migrantes irregulares permanecerán en centros de recepción cerrados y los solicitantes de asilo en centros abiertos, pero no es lo que está pasando. No hay forma posible de que la transformación de los centros de recepción en centros de detención se haga en línea con los requerimientos legales europeos e internacionales ", agregó.
Usos y abusos de una tragediaVale todoAlemania ha sido, de lejos, el país europeo que más migrantes recibió desde que estalló la llamada “crisis de los refugiados”: cerca de un millón en algo más de un año.

Esa política de “puertas abiertas” le ha valido a la canciller alemana Angela Merkel críticas muy fuertes de parte de sus socios, tanto en la coalición de gobierno de su país como en la UE, y por supuesto de los partidos de extrema derecha de todo el continente.

Pero Merkel no se movía sólo por razones humanitarias. También por cálculos económicos, haciendo suyas evaluaciones de la poderosa confederación patronal y de algunas grandes corporaciones financieras germanas.

La llegada de refugiados puede ser un muy buen negocio, dijo por ejemplo el presidente delDeutsche Bank, David Folkers-Landau.
El jerarca, que gana cientos de miles de euros al mes, pidió al gobierno alemán que instituya un salario mínimo especial para los migrantes, inferior a los 8,5 euros por hora que rigen en el país desde 2015. 

“Estaría bien si los refugiados ganasen menos porque a cambio Alemania les ofrece un lugar seguro en el que vivir y una infraestructura altamente desarrollada”, dijo Folkers-Landau.

Las centrales sindicales sostienen que si la sociedad deja pasar esa aberración, lo que primero se aplicará a los inmigrantes luego se extenderá poco a poco a los nacionales. 

El trabajo precario se ha extendido como nunca en Alemania en los últimos años: superan ya los 7 millones los llamados “minijobs”, en los que los salarios no pueden ir más allá de los 450 euros. Impensable algún tiempo atrás.

Miguel Urban destaca “la nunca desmentida capacidad de los grandes capitalistas para aprovechar las peores tragedias humanas y encontrar nuevas maneras de aumentar sus lucros”. 

Fuimos los europeos, junto con Estados Unidos, quienes originamos guerras en la región de donde vienen los refugiados, los que expoliamos a través de nuestras transnacionales los recursos naturales de esos países y los que luego los arruinamos con una deuda que contrajeron para salir del colonialismo”, dijo otra eurodiputada española, Marina Albiol, de Izquierda Unida

“Todo eso ha provocado los desplazamientos de población que ahora tanto nos aterran. Pero les cerramos las fronteras para que entren. Y a los que dejamos que entren los volvemos a explotar. Mientras en Europa sigan gobernando los que han gobernado, que son los mismos que recortan los recursos para los más pobres de sus compatriotas, nada va a cambiar”, señaló Albiol.

“Este problema global exige una respuesta global”, concluyó.


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