El 80% del comercio y el 60% de la producción mundial corresponden en la actualidad a las cadenas de suministro de compañías multinacionales. La mayoría de los trabajadores empleados en las cadenas de suministro se encuentran atrapados en empleos inseguros y muchas veces peligrosos, cobrando salarios de miseria y debiendo realizar largas jornadas laborales. El trabajo informal, las horas extraordinarias obligatorias y la esclavitud también forman parte de la ecuación.