Debe integrarse la igualdad de género en las políticas contra el VIH


CCOO - El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial contra el SIDA. Es momento para recordar que, según datos de ONUSIDA, actualmente hay 36,9 millones de personas con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). La mitad son mujeres. Más allá de las cifras, debe tenerse en cuenta que las mujeres están más expuestas que los hombres a la infección y muchas veces resultan afectadas más gravemente que los hombres, especialmente cuando concurren otras situaciones como la precariedad laboral y económica, la pobreza, la exclusión, la inmigración o la violencia de género. Como señaló Ana Herranz, Secretaria Confederal de Mujer e Igualdad de CCOO en laJornada sobre VIH y Discriminación Laboral, organizada por Trabajando en Positivo, CESIDA, FELGTB, UGT y CCOO, desde CCOO luchamos contra la discriminación laboral y el estigma que afecta a las personas VIH y tenemos en cuenta que una respuesta integral requiere integrar la dimensión de género, lo que demandamos a los poderes públicos.


ONU Mujeres advierte que la mitad de las personas afectadas por el VIH/Sida son mujeres, con porcentajes que oscilan entre el 58% de la población afectada en algunas regiones del mundo hasta el 23% en la región europea. Cada minuto, una mujer más lo contrae, alertan. Según el Ministerio de Sanidad, se estima que en la actualidad viven en España entre 130.000 y 160.000 personas con infección por el VIH, de las que entre el 25% y el 30% no están diagnosticadas. Una situación, sin duda, agravada por el impacto de recortes presupuestarios que han dejado los programas de prevención y control de VIH y sida en una situación muy precaria. Las actividades de lucha contra esta enfermedad han perdido en apenas cinco años un 70% del presupuesto que tenían asignado. Y, además, todavía hoy persisten situaciones de discriminación en distintos ámbitos de la vida cotidiana. Según la última encuesta del CIS en 2013, que incluyó varias preguntas sobre VIH a petición del Plan Nacional sobre Sida, el 11,4% de las personas entrevistadas se encuentran incómodas ante la vecindad de personas con VIH y, en el ámbito laboral, el 11,3% desaprueba compartir oficina con una persona con infección por VIH.

 

Hace años que vienen informando de los obstáculos añadidos a las mujeres con VIH diversos organismos internacionales: La ONU, ONU Mujeres, la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Advierte la OIT que en todo el mundo las mujeres están más expuestas que los hombres a la infección y que resultan afectadas más gravemente que los hombres. Porque cuanto mayor es la discriminación de género en la sociedad, las mujeres con VIH se ven afectadas en mayor medida por la pobreza, la exclusión, la precariedad laboral, o la inmigración, y cuanto más subordinada y dependiente es su posición en sus grupos sociales, más fatales son para ellas los efectos del VIH.

 

También la Confederación Internacional de Sindicatos (CSI) lleva años reclamando en sus Declaraciones anuales contra el Sida que las políticas y los programas que se pongan en marcha para hacer frente a esta enfermedad tengan en cuenta el enfoque de género. Porque, expone la CSI, “el VIH se ve exacerbado por las desigualdades de género y por determinadas normas perjudiciales relacionadas con el género, incluyendo la violencia de género y el acoso sexual, así como la pobreza, la discriminación y la exclusión social. La crisis económica mundial tiene importantes consecuencias para las mujeres, agravando su situación históricamente desfavorecida. Estas consecuencias no aparecen adecuadamente reflejadas en las estadísticas, y es sumamente difícil hacer un seguimiento de las repercusiones de la crisis económica tanto en la economía informal como en la economía reproductiva (cuidados/familia). Las mujeres siguen estando fuertemente expuestas al virus del VIH, siguen teniendo un acceso rigurosamente restringido a la prevención y al tratamiento, así como un acceso extremadamente restringido a empleos de calidad y a la protección social. Al mismo tiempo, los sistemas de sanidad pública en los países con la mayor prevalencia de VIH no tienen la capacidad para proporcionar los cuidados ni el apoyo emocional que los enfermos necesitan. Son las mujeres las que cargan con la responsabilidad de los cuidados – y este trabajo sigue sin estar ni reconocido ni remunerado”.

Según ONU Mujeres, aunque los gobiernos reconocen cada vez más la importancia de la igualdad de género en las respuestas nacionales contra el VIH, sólo el 57 por ciento (de 104 países que proporcionaron información) contaban con una estrategia contra el VIH que incluía un presupuesto específico para las mujeres (1). A menudo, las mujeres que viven con el VIH y sus organizaciones están excluidas de las decisiones que orientan las políticas y los programas sobre el VIH. No se apoya su derecho a participar y se desaprovechan las contribuciones de liderazgo y perspectivas sobre la epidemia que podrían aportar. Este organismo mundial para la igualdad de género destaca que la lucha contra el VIH requiere medidas en todos los frentes y sólo será efectiva cuando los roles y las prioridades de las mujeres, determinados por ellas mismas, estén plenamente integrados en todos los aspectos de la toma de decisiones.

Ana Herranz, Secretaria Confederal de Mujer e Igualdad de CCOO,  ha defendido la necesidad y la urgencia de integrar la visión de género en la respuesta al VIH/SIDA durante la Jornada sobre VIH y Discriminación Laboral, organizada por Trabajando en Positivo, CESIDA, FELGTB, UGT y CCOO, celebrada el pasado 20 de noviembre en Madrid. “Debemos nombrar y visibilizar un factor de discriminación múltiple que de otra manera permanece oculto, y ponerlo en la agenda pública”,  ha señalado, añadiendo: “desde CCOO luchamos contra la discriminación laboral y el estigma que afecta a las personas VIH, pero tenemos en cuenta que una respuesta integral requiere integrar la dimensión de género.  Demandamos a los poderes públicos a que lo contemplen de manera ineludible”.

Por estas condiciones de desigualdad en la pareja, en lo laboral y en lo social, que todavía viven muchas mujeres, por la exposición a la discriminación múltiple y a la violencia de género, y por el especial impacto que crisis y recortes tienen en las condiciones de trabajo y de vida de las mujeres, desde CCOO trabajamos promoviendo el empoderamiento personal y colectivo de las mujeres en todos los ámbitos, así como por integrar una educación sexual y afectiva basada en los principios de igualdad y diversidad y por atajar cualquier tipo de discriminación laboral y social basada en el trato.  La promoción de la igualdad de género y la lucha contra la violencia hacia las mujeres, junto a su empoderamiento económico, laboral y social, son factores clave para frenar la discriminación y el estigma hacia las personas con VIH.


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