Se celebra el juicio por el despido de un empleado de Bimbo a causa de un chiste


Pedro Joaquín C.C., que trabajaba en la planta de Bimbo de Granollers desde 1995, fue despedido después de que la dirección le abriera un expediente disciplinario por remitir desde el ordenador de su casa y fuera del horario de trabajo un chiste por e-mail a sus compañeros

El juzgado social número 2 de Granollers ha celebrado hoy el juicio por el despido de un trabajador de la planta de la empresa Bimbo en Granollers a causa de un chiste contra la empresa que envió por correo electrónico y que la dirección consideró ofensivo.

Una treintena de delegados sindicales de la Unión Sindical Obrera de Catalunya (USOC), al que pertenece el trabajador, se han concentrado ante las puertas del juzgado con pancartas para reclamar la readmisión de su compañero.

En las pancartas rezaban lemas como "Bimbo, no a la injusticia laboral, readmisión", "por un chiste a juicio", o "por la libertad de expresión y contra el abuso empresarial".

En el juicio, la defensa del trabajador, cargo intermedio de la empresa alimenticia, ha pedido la nulidad del despido y que sea readmitido mientras que el abogado de la empresa se ha opuesto a esta pretensión.

El chiste de la discordia
Pedro Joaquín C.C., que trabajaba en la planta de Bimbo de Granollers desde 1995, fue despedido después de que la dirección le abriera un expediente disciplinario por remitir desde el ordenador de su casa y fuera del horario de trabajo un chiste por e-mail a sus compañeros.

El chiste por el que fue despedido va sobre un hombre que es atracado en plena calle por un delincuente que le obliga a darle todo los objetos de valor. La víctima le da el reloj, un Rolex falso, y una cartera de imitación de marca con un moneda de dos céntimos de euro en el interior.

Ante esto, el ladrón le pregunta donde trabaja, a lo que responde que es un cargo intermedio de Bimbo, momento en el que el atracador se quita su máscara y le pregunta en que planta está. Este chiste llegó a manos de la dirección de la empresa que decretó el despido al perder la confianza de su empleado.

Tras el despido, no se llegó a ningún acuerdo en la fase de conciliación por lo que el empleado presentó una demanda en el juzgado.

Una medida "desproporcionada"
El abogado del trabajador, Valentí Masramon, ha declarado que "se ha producido una vulneración de las libertades constitucionales", como el derecho a la libertad de expresión, ya que "el despido se produjo por un simple chiste", en una medida que ha calificado de "desproporcionada". El letrado también se ha cuestionado sobre la existencia de otros motivos que justifiquen el despido, como una persecución sindical.

Por su parte, el abogado de la empresa ha alegado que no existe ninguna conexión entre el despido y una persecución sindical porque pertenece a un sindicato minoritario en el comité de empresa y que no fue elegido en las elecciones sindicales y que el trabajador reelaboró el chiste a partir de otro que circulaba por internet de forma "premeditada" y con intencionalidad ofensiva.

La empresa, según su letrado, consideró ofensivo el chiste al interpretar que se insultaba a los cargos intermedios llamámdoles ladrones o miserables.

El abogado también ha explicado en el juicio que el trabajador vulneró las normas del uso del correo electrónico de la empresa y las normas de conducta del personal, además de insistir en que no existía ninguna justificación para el envío del correo ya que no existía ningún conflicto en la planta, donde trabajan unas 170 personas. El abogado de Bimbo también ha alegado que el derecho a la expresión no supone un derecho a insultar y a la vejación.

La Vanguardia


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