El salario de un mes por unas 'Adidas'

Los trabajadores asiáticos para multinacionales como Nike, Adidas, Converse o Puma «siguen ganando sueldos miserables» pese a que los beneficios de las empresas se han disparado en cientos de millones de dólares

Los sindicatos UGT y CCOO, junto con asociaciones de consumidores, entre ellas, CECU, han presentado la campaña Juega Limpio 2008, con un informe sobre la industria deportiva. En él se denuncia cómo los trabajadores asiáticos para multinacionales como Nike, Adidas, Converse o Puma «siguen ganando sueldos miserables» pese a que los beneficios de las empresas se han disparado en cientos de millones de dólares.

Esta realidad se hace ahora mucho más notable, cuando los Juegos Olímpicos de Pekín están a punto de comenzar.
En muchos de los casos, estas compañías pagan sueldos inferiores a la mitad del salario mínimo, que ya en estos países es bastante precario, señala el documento. Para hacerse una idea, estos empleados pegan zapatos deportivos por menos de 1,25 euros al día y cosen balones por 30 céntimos de euro cada uno.

El informe expone que un trabajador de una fábrica china proveedora de Nike tendría que trabajar 4.500 años con su sueldo actual para ganar tanto como Mark Parker, el director de la famosa multinacional en 2006; en China, un par de 'Adidas' pueden costar entre 55 y 110 euros, casi el sueldo mensual de la persona que las ha confeccionado; en India, un trabajador cobra unos 0,3 euros por confeccionar un balón; y en Pakistán los sueldos están congelados desde hace seis años mientras que los precios de los productos han aumentado un 40%.

Detrás de la polémica del Tíbet y del accidentado recorrido de la antorcha olímpica se está quedando camuflado un problema que afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo. Con campañas como Juega Limpio 2008, que tiene su versión en otros muchos países, se está intentando sacar a la luz esta situación, para así fomentar el respeto de los derechos de los trabajadores en la producción de artículos relacionados con las olimpiadas y la industria mundial de productos deportivos.

BLANCA ARROYO
El Mundo