Despedido por honesto


En un mundo en el que las empresas se atrincheran tras flamantes códigos de conducta, denunciar una irregularidad en la compañía en la que uno trabaja no debería ser difícil. Un ejercicio tan sencillo como echar un vistazo a las sentencias de los tribunales laborales en España revela en qué medida lo es.

Los ejemplos son múltiples. En Cataluña, por ejemplo, donde el Tribunal Superior de Justicia obligó a una empresa en noviembre de 2002 a readmitir a un trabajador despedido tras denunciar irregularidades ante Trabajo. O en Castilla-La Mancha, donde se declaró nulo el despido de una trabajadora tras haber denunciado a su empresa por no haber sido dada de alta en la Seguridad Social. O en Castilla y León, cuyo Tribunal Superior anuló el despido de un empleado que había acusado a cuatro compañeros y a un socio de haber cometido un delito.

La secuencia de los hechos suele ser idéntica. El trabajador descubre algo ilícito, lo comunica a la empresa o a la autoridad competente, la compañía le despide y un tribunal anula posteriormente el despido. ¿Significa esto que hay que pagar un alto precio por ser honesto? 'Cuando una persona denuncia algo ilícito en su empresa y es despedido por ello, los tribunales suelen declarar esos despidos nulos. Ahora bien, una vez que la empresa readmite al trabajador hay que tener en cuenta que es muy difícil rehacer la buena relación y que muchas veces el empleado termina pactando su salida', explican desde la Asociación Española de Abogados Laboralistas.

Pese a ello, el consejo unánime de los especialistas es que el empleado que descubre alguna irregularidad importante en su empresa debe denunciarlo. Eso sí, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones si no se quiere acabar en la calle y sin el respaldo de los tribunales. 'Hay dos cuestiones fundamentales que hay que tener en cuenta. Una, el hecho de que la información del trabajador sea veraz y dos, que éste actúe sin quebrantar la buena fe contractual; es decir, que se trate de algo relevante y que la denuncia no esté motivada ni por venganzas ni por intereses personales', señala Eduardo González Biedma, consejero de Cuatrecasas y profesor de Derecho del Trabajo.

González Biedma advierte que el Tribunal Constitucional ha señalado que el trabajador que denuncia una irregularidad dentro de su empresa debe dirigirse en primer lugar a las autoridades administrativas correspondientes y no, por ejemplo, ir directamente a los medios de comunicación. 'La denuncia ante los medios de comunicación tiene que hacerse con mucha cautela para que no se considere una violación de la buena fe que debe unir al trabajador con su empresa', explica el letrado de Cuatrecasas. Así, sólo cuando el empleado vea que sus denuncias son ignoradas sistemáticamente o se trate de algo realmente urgente (por ejemplo, tener conocimiento de que hay un producto peligroso en el mercado) debe optarse por esta vía.

Si la irregularidad es cometida por un superior o un compañero y se sospecha que la dirección no está enterada, lo más aconsejable es hablar con ésta antes de dirigirse a las autoridades. 'No se trata de que exista una jerarquía obligatoria, pero por el principio de lealtad el trabajador debería hablarlo con la empresa para ver si ésta lo puede resolver', afirma Ignacio Campos, del bufete Gómez Acebo & Pombo.

Campos recuerda que en caso de que sea la propia dirección la involucrada, el trabajador puede presentar denuncias ante la inspección de Trabajo o ante Hacienda de forma anónima. 'Si aun así la compañía lo descubre y le despide puede alegar que se trata de una represalia y que se ha vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva', explica Campos.

En ese sentido, el Tribunal Constitucional aplica el principio de indemnidad para amparar de posibles represalias a los trabajadores que han realizado acciones judiciales contra sus empresas. 'Algunos tribunales extienden este principio a empleados que no llegaron a litigar, sino que simplemente se dirigieron a las autoridades para denunciar una situación irregular', matiza el experto.
Cómo defenderse en el juicio

La frecuencia con la que las empresas utilizan el despido para dar carpetazo a los problemas creados por los trabajadores con conciencia ha llevado a la legislación laboral a instaurar mecanismos para evitar despidos ilegales. Cuando una empresa despide a un trabajador por una circunstancia de este tipo suele hacerlo amparándose en otra causa, por lo que es necesario proteger al empleado de modo que pueda hacer valer sus derechos.

Así, los expertos aseguran que en estos juicios por despido se invierte la carga de la prueba, de forma que es la empresa la encargada de acreditar que la causa alegada es verdadera y no un modo de represalia contra el trabajador. En el lado opuesto, y para evitar denuncias falsas y abusos por parte de los empleados, se exige a éstos que aporten algún indicio de prueba lo suficientemente sólido como para que el juez sospeche que el motivo del despido es otro que el alegado por la compañía.

Los expertos aconsejan que los trabajadores que deciden denunciar irregularidades acumulen, por escrito si es posible, todas las pruebas que puedan sobre el incidente y la reacción de la empresa. Ninguna precaución, advierten, está de más.

Cinco Dias


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