Draghi propone una hoja de ruta para el euro a 10 años vista
Mario Draghi dijo que el presidente del Banco Central Europeo (BCE)
no debía diseñar las políticas de gobierno de los países del euro, pero
sin embargo su discurso en torno al laberinto en el que se ha metido la
moneda común tuvo un notable calado político. Pidió un esfuerzo
“colectivo” para fijar “el camino por el que debe caminar el euro en los
próximos 10 años”. En la rueda de prensa posterior al Consejo de
Gobierno del BCE, celebrado en Barcelona, Draghi planteó un interrogante
sobre el futuro de la divisa: si va hacia una unión presupuestaria, a
más cesión de soberanía de los Estados o cómo llegará a ese punto. “El
pacto fiscal es solo el punto de partida”, dijo el banquero central.
04 de mayo de 2012
“Hace falta claridad de visión para los próximos 10 años”, dijo y
recordó los trabajos de metodología que se llevaron a cabo en los años
noventa para preparar la entrada en vigor de la divisa común para
recalcar que lo que ahora requiere el proyecto europeo “no es muy
diferente”.
El organismo sigue esperando una recuperación gradual de la economía
en la zona del euro a lo largo del año a pesar de que persistirán las
tensiones en los mercados de deuda soberana y ajustes en la economía,
junto a las “elevadas tasas de desempleo”. Auguró, además, que la
inflación no se situará por debajo del 2% hasta principios de 2013.
Draghi reconoció que la economía se estabiliza de momento en un nivel
bajo, con lo que justificó el mantenimiento de los tipos de interés en
el 1%, un nivel históricamente bajo en Europa, negativo en términos
reales, aunque aún alto si se compara con Estados Unidos, donde el
precio del dinero es prácticamente cero.
Reconoció que aún es temprano para que la entidad adopte una
“estrategia de salida” que permita la retirada de sus medidas
extraordinarias de estímulo.
Pero el presidente del BCE no aclaró si el organismo volverá a
comprar bonos de los Estados con problemas en los mercados (como España e
Italia) dentro del programa puesto en marcha este verano, algo que sí
esperan muchos analistas. Draghi contestó con un críptico: “El programa
está ahí, pero no es eterno ni infinito”.
Balón de oxígeno
En cuanto al otro gran balón de oxígeno que ha recibido la banca
europea, las subastas de liquidez llevadas a cabo en diciembre y febrero
—fue un billón de euros en créditos al 1%—, aplazó cualquier decisión
al mes de junio. Las entidades españolas e italianas han acaparado más
de la mitad de estos recursos, lo que permitió salvar las subastas de su
Tesoro con buena nota y relajar las presiones sobre su deuda, a la que
casa vez se le pide más interés en los mercados.
Ahora, las rentabilidades han vuelto a crecer y el Tesoro cubre
holgadamente sus colocaciones de bonos y letras, pero pagan más por
ello, como por ejemplo, hoy. Sin embargo, Draghi no dio por evaporados
los efectos anabolizantes de esta ventanilla de liquidez. Las
inyecciones de crédito barato han permitido “reducir el grado de
restricción sobre el crédito, así como un fortalecimiento de la base de
depósitos en los bancos de aquellos países más presionados, y una caída
significativa de los indicadores de volatilidad de los mercados”.
Así que todavía es pronto para decretar que habrá una tercera ronda.
Esta, en cualquier caso, es posible que no llegue con la misma
envergadura que las anteriores y se limite a subastas de crédito barato,
pero con vencimientos inferiores, una posibilidad que apuntaban hoy los
analistas de Barclays Capital.
el pais
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