La UE culpa a los 'bonus' de los directivos de la crisis financiera


Los ministros de Economía de la zona euro constatan que la búsqueda de beneficios a corto plazo lleva a los ejecutivos a incurrir en riesgos excesivos

El problema no es que los altos ejecutivos de empresas cobren cifras astronómicas en concepto de sueldos y, fundamentalmente, de primas. La ley de la oferta y la demanda regula las relaciones laborales en el mercado. «Todo esto son decisiones que se toman en el ámbito de la empresa», clarificó ayer el vicepresidente económico del Gobierno español, Pedro Solbes, momentos antes de reunirse con sus homólogos de la zona euro (Eurogrupo), para estudiar la situación actual de la crisis económica.

Lo cuestionable del asunto aparece cuando la carrera de los directivos empresariales por ganar más y más, y en el menor tiempo posible, se ha transformado en estrategia, en práctica estructural que pueda privilegiar la multiplicación de la cuenta de resultados a toda costa. Incluso a costa de no sopesar con el criterio preciso los riesgos que determinadas operaciones pudieran provocar y los daños que a medio plazo se han podido causar.

Por primera vez, los responsables de Finanzas de la eurozona miraron públicamente hacia los altos ejecutivos para señalar esta lucha por las ganancias multimillonarias a corto plazo como una de las posibles causantes del cortocircuito actual de la economía. Y no como una reprobación salida del plano ético, a la manera de «los jefes ganan mucho, mientras a los empleados se les exige moderación salarial», no.

Ni siquiera el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués social-cristiano Jean-Claude Junker, a menudo crítico en sus comentarios con los aspectos menos sociales de la economía europea, dejó de insistir nuevamente en la necesidad de contención salarial de los trabajadores. «Incrementos salariales no vinculados a la productividad van a perjudicar, fundamentalmente, a los que menos tienen», volvió a repetir.

Lo novedoso en la sesión de anoche del Eurogrupo fue que, por primera vez, se planteó como verdadero perjuicio para la marcha de la economía la política de primas y compensaciones astronómicas, a cambio de ofrecer al precio que sea beneficios exponenciales a las compañías. Sin entrar en la posibilidad de introducir reformas legales que forzaran a las empresas a modificar la amplia carta actual de retribuciones cinco estrellas -para los empleados más VIP-. «Podemos insistir en un gobierno corporativo que sea prudente, pero todo esto son decisiones que se toman en el ámbito de las empresas», aclaró Solbes.

En todo caso, se puso anoche encima de la mesa, que ya no se trata de que sea impopular o no la fórmula a más beneficios inmediatos, más pluses y compensaciones, sino que esta fórmula provoca crisis económicas. Tampoco son menores estas palabras. Solbes descartó dar un tratamiento «fiscal» diferenciado a los sueldos de los directivos. «Ya existe una política fiscal específica en la que los ingresos mayores tienen una progresividad mayor. Pero dar un tratamiento diferenciado por el hecho de que sean sueldos es difícil de hacer», apuntó.

DOS OPINIONES

Jean-Claude Junker: «Nos pasa también con otros salarios. Podemos dar recomendaciones para que vayan en la buena dirección, pero al final están en el ámbito de la empresa».

Pedro Solbes: «Ya existe una política fiscal específica en la que los ingresos mayores tienen una progresividad mayor. Dar un tratamiento diferenciado es difícil».

JUAN PEDRO MANZANO
El Mundo


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