Los indicadores ambientales mejoran en España pero empeoran los socioeconómicos


Europa press. -Los indicadores medioambientaleshan experimentado una mejoría en 2014, aunque han empeorado los socioeconómicos, algunos de los cuales con resultado de "pésimos" y el índice de felicidad de los españoles también va a la baja, según el 'Informe Sostenibilidad en España 2014', que ha presentado este miércoles el Observatorio de Sostenibilidad.
18 de diciembre de 2014

Así, el informe estudia distintos factores que "componen la realidad mensurable" de España y que se desarrollan en argumentaciones y basa sus conclusiones en la recopilación e interpretación de 36 indicadores; 12 de ellos socioeconómicos, 18 medioambientales y seis referidos a calidad de vida, el grado de satisfacción y la percepción de la felicidad de la ciudadanía.

   En concreto, los indicadores medioambientales señalan que los indicadores de ocupación de la costa, la calidad del aire en las ciudades y el transporte modal tienen un carácter "claramente" negativo. Además, seis de ellos, como cambio climático, intensidad en el uso de la energía, biodiversidad de especies, depuración de aguas residuales, ocupación del suelo y eficiencia en el uso de los recursos "no presentan mejoras".

 

 

   Por el contrario, mejoran "levemente" ocho de los indicadores: consumo de energía primaria, dependencia energética, energías renovables, (los datos todavía no recogen los importantes recortes del último año) protección de espacios, consumo de agua, extracción y usos del agua, contaminación atmosférica y uso de los recursos/residuos. El único indicador con una tendencia "marcadamente positiva" es el que se refiere a los incendios forestales.

   Respecto a los indicadores socioeconómicos, el Informe del Observatorio de la Sostenibilidad (sucesor del Observatorio de la Sostenibilidad en España, OSE), el documento refleja que diez de ellos empeoran y que alguno de ellos de forma "crítica". También refleja que se alejan de las metas los indicadores de renta disponible, renta disponible neta, desempleo, desigualdad y cohesión social, variación de la pobreza relativa, riesgo de pobreza, pobreza infantil, educación, abandono escolar temprano y gasto público en I+D+i). Por su parte, los indicadores de vivienda y de salud/sanidad no indican tendencias definidas ni progreso significativo.

   En la misma línea, los indicadores sintéticos de bienestar también obtienen "pésimos resultados" porque cuatro de ellos han empeorado. En concreto, España es el país que más puestos baja en el Índice de felicidad de Naciones Unidas y también bajan el índice para una vida mejor de la OCDE, índice del IOE e índice de transparencia (asociado a casos de corrupción); el happy planet index no marca ninguna tendencia de mejora y tan solo el índice de desarrollo humano del PNUD coloca a España en valores positivos.

CAMBIO CLIMÁTICO

   Entre las conclusiones del informe destaca que España no reduce con políticas estratégicas su desigualdad, lo que supone un "riesgo inaceptable para el desarrollo y para la creación de empleo y una amenaza para la equidad social". Además, señala que el modelo de desarrollo seguido, basado en la edificación, el consumo de combustibles fósiles para la producción de energía y el transporte por carretera, suponen un gran riesgo para el cambio climático.

   En concreto, España es el país de la Unión Europea que menos ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero incluso en plena crisis productiva y el Observartorio recuerda que la Agencia Europea del Medio Ambiente ha alertado a España de que la "brecha" entre lo que se tendría que haber reducido y las emisiones reales "es muy grande".

   Asimismo, señala que los datos de emisiones GEI para 2014 confirman el pronóstico negativo ya que no se ha producido la caída necesaria en las emisiones de CO2 sobre todo por la utilización de carbón de importación.

POBREZA

   El trabajo recoge los datos de la OCDE y otros organismos que alertan sobre la desigualdad en cuanto a rentas, oportunidades, género, que ha crecido en España, Estonia, Eslovaquia, Grecia, Italia y Portugal. También refleja que el nivel de gasto en los hogares españoles van en consonancia con las variaciones en la renta disponible neta, excelente indicador de empobrecimiento económico: un 9.5% menos en cuatro años.

   Por el contrario, el gasto medio por hogar aumentó en la primera mitad de la década hasta alcanzar su máximo en 2008. En 2013 había disminuido en un 14,5% en correlación con el aumento del desempleo.

   La razón principal de este declive la escasa dimensión de las ayudas estatales: España sigue siendo el segundo país de la UE (solo por detrás de Grecia) con mayores tasas de desempleo total, de larga duración (50% del total del paro registrado) y juvenil. A la par, 2,6 millones de parados de larga duración no perciben ningún tipo de prestación o subsidios del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

   La desigualdad de ingresos, según la medida S80/20 que utiliza Eurostat, se situaba en España en 2012 en el 7,2, la mayor de los países europeos; la proporción de menores de 18 años por debajo del umbral de la pobreza en España es de un 22%, la más alta entre los europeos.

   Esto supone que la desesperanza generalizada de la población, certificada en algunos de los indicadores sintéticos más prestigiosos (Desarrollo Humano, Felicidad, IOE, Vida Mejor) sitúa a España en una posición de desventaja respecto a otros países de la UE.

   En este sentido, el informe concluye que España se sitúa en último lugar en inversión en I+D+i y se constata un estancamiento en casi todos los indicadores de eficiencia de Eurostat, lo que dificulta aún más el cambio de paradigma productivo auspiciado por Naciones Unidas y por la UE para la transición hacia una economía baja en carbono, circular y verde, es decir, sostenible y equilibrada.

   Por otro lado, el documento subraya que España no está impulsando un cambio estructural en el modelo productivo con políticas activas, alineadas con las europeas, promotoras de los sectores económicos emergentes, de alta tecnología, verdes y con futuro y que esto implica un "reto inaplazable" para crear empleo y una transición hacia la soberanía energética plena.

   Otra de las conclusiones que realizan los autores es que España no desarrolla una planificación territorial hacia el medio rural compatible con la conservación de la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y el paisaje y que la acción política no está adaptada a las necesidades nacionales específicas de la agricultura extensiva.

   Del mismo modo, asegura que España no desarrolla políticas coordinadas y coherentes entre sí. Se dan en muchas ocasiones contradicciones entre presupuestos, solapamientos, y decisiones en contra de la sostenibilidad.

   Finalmente, respecto al índice de la felicidad, el Observatorio de Sostenibilidad dice que España es "cada vez menos feliz" y que la pérdida de esa felicidad es heterogénea ya que no siempre va ligada al bienestar económico. En concreto, los países del sur de la Unión Europea son los que han perdido más felicidad y España es el sexto país del mundo que más felicidad ha perdido desde 2007, solo superado por Grecia.


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