El Banco de España apoya que las empresas rentables suban ya salarios


EL PAís. - "La situación ya permite, en las empresas y sectores más dinámicos, hacer compatible las ganancias de competitividad con crecimientos salariales". El director del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, ha constatado este lunes ante la prensa, con los datos de los balances empresariales hasta el tercer trimestre, la huella de la congelación de sueldos: en 2012 y 2013, el gasto de personal por trabajador no varió, o lo que es lo mismo, la tasa anual fue del 0% durante los dos últimos ejercicios. Pero en los últimos meses se aprecia un exiguo repunte en sueldos de un puñado de empresas grandes y medianas. Un incremento para el que, según Malo de Molina, ya se dan las condiciones. Al menos, matizó, en la parte más competitiva del sector productivo español.
25 de noviembre de 2014

El Banco de España ha sido uno de los principales valedores de la contención salarial durante la crisis y, por extensión, de la reforma laboral, "orientada a mejorar la sensibilidad de los salarios a la situación cíclica de la economía", en palabras de Malo de Molina. El director del servicio de estudios sostuvo que "se tardó en alcanzar una situación de moderación salarial" pese a la "dramática" destrucción de empleo en el inicio de la crisis. Y que solo la persistencia en la pérdida de puestos de trabajo y la reforma de 2012, propiciaron la congelación de sueldos.

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Para Malo de Molina, la moderación salarial en los últimos tres años "ha sido muy útil" para mejorar la competitividad de las empresas, sus resultados, y también, la generación de empleo "más reactiva" ahora a la contención salarial. Pero, por eso mismo, ya es posible también "una diferenciación de salarios entre sectores y empresas". "En la medida en que ya estamos en un escenario de creación de empleo, las posibilidades de un comportamiento salarial más positivo van en aumento", añadió el director del servicio de estudio, que siempre matizó que esas alzas salariales deberían concentrarse en las empresas y sectores con "mayor rentabilidad", con "un potencial de crecimiento superior". 

Los datos más recientes de la central de balances ofrecen indicios consistentes de dónde se deberían producir los mayores incrementos salariales. Porque, según la información ofrecida por 799 compañías, grandes y medianas, en los tres primeros trimestres de este año, el valor añadido bruto generado fue, por primera vez desde 2010, ligeramente superior (un 0,2% más) al del mismo periodo del ejercicio anterior. Y en este ligero incremento anual va por barrios: en las compañías energéticas (3,1%) y la industria (2%), el avance es significativo, mientras el valor añadido del comercio y la hostelería todavía retrocede (-0,6%) y el del sector de la información y las comunicaciones sufre otro amplio mordisco (-7,1% anual).

El director del servicio de estudios del Banco de España evitó hacer recomendaciones sobre cuál debería ser el incremento salarial de referencia para el próximo año -"eso corresponde a los agentes sociales", replicó-, pero su planteamiento difiere del mantenido hasta ahora por el actual presidente de la patronal, Juan Rosell, que aboga por repetir el objetivo general (0,6% de incremento anual) pactado con los sindicatos entre 2012 y 2014. CC OO y UGT sí creen que el incremento salarial deber reconocer los incrementos de productividad allí donde se hayan producido, pero pretenden también recuperar la cláusula de garantía salarial (recuperar la pérdida de poder adquisitivo cuando la inflación supere la subida de sueldos), cláusula a la que el Banco de España se opone radicalmente. 

"El sector empresarial ha dejado atrás los elementos de ajuste propios de una crisis", afirma Malo de Molina

"Las principales variables indicativas de las empresas se comportan mejor que en 2013, se percibe una situación de dinamismo en el empleo, la inversión, los excedentes empresariales y los beneficios", agregó Malo de Molina. Los beneficios netos consolidaron el avance ya registrado en 2013 (hasta suponer el 4,3% del valor añadido bruto), tras el único ejercicio (2012) en el que las empresas en su conjunto registraron pérdidas. Hasta septiembre de este año, se habían incrementado un 62,4% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, aunque el directivo del Banco de España matizó que aún está en niveles bajos (suponen el 10% del valor añadido bruto, frente al 20% de 2007) y destacó que por primera vez en la crisis, los resultados atípicos (ventas de activos, menos dotaciones) contribuyen de forma positiva.

Además, la inversión también experimentó un incremento (un 4,2%), frente a la contracción (16% menos) registrada en 2013. Y el proceso de desendeudamiento se aceleró en los dos últimos ejercicios. Lo más retrasado es la mejora del empleo, apenas perceptible en los datos más recientes de grandes empresas. "Lo que nos dicen estos datos es que el sector empresarial ha dejado atrás los elementos de ajuste propios de una crisis", señaló Malo de Molina, quien puntualizó que la mejora de los resultados empresariales es una "condición esencial" para que otras graves herencias de cinco años de recesión, como las altas tasas de desempleo o el descenso de los niveles de bienestar, de impacto más general entre los ciudadanos, empiecen a pesar menos.


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