El Gobierno quiere que los pisos complementen las pensiones


La reforma fiscal sigue concretándose a toda velocidad. Y con ello, el nuevo esquema de tributación de los productos privados complementarios de las pensiones.
29 de diciembre de 2005

Así, si los mecanismos de ahorro financiero (fondos de inversión, bonos, letras, seguros o depósitos) unificaran sus actuales regímenes fiscales para tributar todos ellos a un tipo fijo –entre un 16% y un 17%– (siempre que tengan al menos un año de antigüedad), las fórmulas de pensiones privadas también experimentarán un cambio profundo. Entre las ideas innovadoras que incluirá la reforma fiscal aparecerá la regulación de la exención en el IRPF para las viviendas que se dediquen a “renta vitalicia” con el fin de complementar la pensión. Así, este tipo de inmuebles, gestionados por entidades financieras, con el compromiso de financiar pagos periódicos a lo largo de todo el periodo de jubilación del contribuyente, no soportarían la fiscalidad del pago de las plusvalías, ahora de un 15%. “La medida pretende aprovechar la fuerte demanda de viviendas en España para afianzar las jubilaciones privadas”, señala una fuente del Ejecutivo.

La reforma fiscal pretende implantar una segunda pata en esta estrategia de modificación del ahorro a largo plazo. De esta forma, el Gobierno trabaja en la creación de un nuevo tipo de productos de “ahorro previsión”, a través de fórmulas que permitirían la acumulación de capital (por ejemplo, en fondos de inversión) y que gozarían de un doble régimen: si se venden sin el compromiso de convertirlo en una renta vitalicia a cobrar tras la jubilación, deberían tributar por el régimen aplicable a los productos utilizados (si se han utilizado fondos, deberían pagar el tipo fijo del 16% ó el 17%). Pero si se siguen acumulando capitales hasta la jubilación, con un límite máximo de 250.000 euros por contribuyente, y se compromete su cobro en forma de renta vitalicia, de nuevo, Hacienda perdonaría el pago por las correspondientes plusvalías.

La tercera pata de esta reforma de los mecanismos de pensión privada vendría de la mano de los tradicionales planes de pensiones. El Gobierno pretende recortar el actual tope máximo de desgravación que afecta a los contribuyentes mayores de 52 años. Cualquier partícipe de un plan puede deducirse anualmente 8.000 euros, pero si además supera ese tope de edad, por cada año que lo rebase puede deducirse 1.250 euros adicionales, hasta llegar a una suma total de 23.000 euros a los 65 años. El Ejecutivo estudia recortar este tope máximo, hasta dejarlo en la mitad del actual, o incluso su eliminación, de forma que sólo quedase la deducción general de 8.000 euros. Pero, además, el Gobierno quiere recortar el cobro de las prestaciones del plan de pensiones en un sólo pago –que actualmente cuentan con una exención fiscal sobre el 40% de los beneficios logrados–. Para ello, Moncloa plantea la eliminación de este incentivo en los nuevos planes de pensiones –manteniendo siempre los derechos adquiridos– y limitar los casos en los que se pueda cobrar el plan en un sólo pago, de forma que, en la mayoría de los supuestos se cobre como renta periódica.

http://www.expansion.com


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